La joven aseguró a este periódico que nunca había asistido a este tipo de fiestas, por lo que se le ocurrió la idea de crear un evento a través de Facebook. Solo unos días después de hacerlo, dos agentes de la Policía Local se personaron en su domicilio para advertirle de la ilegalidad del macrobotellón que pretendía celebrar y de que debería asumir los gastos ocasionados si finalmente se llevaba a cabo. Fue en ese momento cuando, según cuenta, se apresuró en cancelar el evento, pero había, afirma, "más gente dándole difusión".
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