[c&p] Quizá esa es una de las cosas que las pelis porno no nos han enseñado. No se lo dicen a los adolescentes que las miran por primera vez y creen que así debe de ser. Lo que no han dicho es que el sexo salvaje, el sexo duro, el apasionado hasta la médula, el sexo de porn star, puede ser también un sexo enamorado. Un sexo en el que, con dolor de cuello incluido, sea válido decirle a la otra persona que se le ama, y saber que se puede tener tranquilamente cinco, siete, nueve orgasmos sin que exista humillación.
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