Asegura que la presencia femenina al volante impone más a los jovencitos. "Los ves venir de juerga y cuando se suben y me ven, se quedan callados", expresa. Frente a lo que pueda parecer, una de sus experiencias más desagradables la vivió con una mujer en el asiento. Esperanza desconocía dónde estaba la peña El Sombrero y la señora, indignada, no paró de humillarla hasta llegar a soltarle: "Pues si no sabes, te metes a fregar". Ella, sin pensárselo dos veces, echó el freno de mano y la apeó del taxi.
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