«Es muy duro tener que ir a casa de tu madre a pedirle 20 céntimos para comprarle una bolsa de gusanitos a tu hijo». La asfixia económica de Reme es tal que asegura que no lleva ni un euro en su cartera. Y en su nevera hay lo justo para pasar el día. Todo se lo ha dado su madre. «Es mi 'mercadona'; cada mañana después de llevar a los niños al colegio me paso por su piso y me da una bolsa con cosas que necesito», cuenta esta malagueña de 36 años.
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