Después de desembolsar 24.000 euros para contar con la infraestructura necesaria para llevar la corriente hasta su vivienda, situada en un entorno rural, Endesa se habría negado a llevar a cabo la última operación. El empeño de esta madre cobra sentido por la enfermedad de su hijo pequeño, de cuatro años, que padece un cáncer de riñón que ya le ha provocado la pérdida de uno de ellos. Karin necesita conservar sus medicamentos en el frigorífico, además de un aparato para analizar su sangre y mantener los controles necesarios.
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