Glòria leyó ayer por la mañana en La Vanguardia la historia de la que forma parte. "Le dije a mi marido. ¡Esta soy yo! Él miró la foto y me dijo que yo no era la de la foto. Le dije que no, que me refería a la doctora que buscaban", relata. Al final resultó que esta endocrinóloga residente en Barcelona y nacida en Santa Coloma de Gramenet no es un ángel. Es una mujer, pero un ángel de mujer, que prefiere ocultar su rostro y conservar cierto grado de anonimato pese al valor de su historia.
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