La estadounidense Debra Stevens, de 47 años quedó atrapada cuando las crecientes aguas de las inundaciones comenzaron a alcanzar su coche. […]Parece que la operadora regañó a Stevens por conducir en un área inundada. Stevens dijo que no vio el agua y explicó, llorando desconsoladamente, que el agua ya le estaba llegando hasta el pecho. "Esto te enseñará a no conducir en el agua la próxima vez", dijo la operadora, a la que más tarde se puede escuchar atendiendo también otras llamadas. "¡Voy a morir!" fue lo último que dijo Stevens.
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