Hace año y medio entrevisté a Juan Díaz Municio, funerario de Torrejoncillo. Charlamos en su tanatorio durante hora y media y la conversación dio para un titular llamativo: «Algunos se traen al muerto desde Madrid bien tieso en el asiento del copiloto». Era lógico, enterrar un deudo en Madrid costaba en esas fechas cerca de 4.000 euros y Juan te lo hacía por 1.400. Y lo malo es que no podías elegir.
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