De esta forma mostraron su protesta los alumnos de un instituto de El Camino en California, tras recibir la visita de varios policías de tráfico en 20 clases para anunciar que varios alumnos del instituto habían fallecido debido a accidentes de tráfico causados por conductores ebrios. Pocas horas y muchas lágrimas después, sin embargo, el dolor se convirtió en furia cuando se enteraron de que todo era un engaño: un mero ejercicio diseñado por los directores de la escuela para dramatizar las consecuencias de beber y conducir. (Traducción en
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