Sangre, pedazos de piel y carne cayendo dentro de un cesto de mimbre en medio de una plaza pública en China. Una multitud observando a un enjuiciado con los ojos puestos en el cielo, como implorando piedad o salvación a alguien que le ha dado la espalda después de haberle ofendido. Esta es una manera sencilla de resumir uno de los métodos de castigo más crueles jamás conocidos: Leng T’che o “Muerte por mil cortes”.
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