Al menos ocho letras con, por lo menos, una mayúscula y una minúscula, un número, un símbolo y, últimamente, casi una parte de la cadena de ADN. Las contraseñas, elementos habituales de nuestra vida digital, han ido evolucionando su complejidad para evitar que nos roben información. Los gigantes de internet y los principales fabricantes de tecnología, que marcan la pauta en estos asuntos, nos lo están diciendo desde hace años. Los códigos y los patrones de movimiento en los móviles y tabletas han sido erradicados, primero para adoptar la huella
|
etiquetas: muerte , contraseñas