Al día de hoy el asesinato por envenenamiento inyectado de los 6 hijos del ministro de propaganda nazi Goebbels continúa en el misterio. Nuevas investigaciones revelan que en los años '50 el doctor Helmut Kunz confesó haber participado con cómplices en su muerte y los jueces de la época lo dejaron libre sin cargos. Además se amparó en la obediencia debida, ya que Goebbels era su superior y le dió la orden antes de su vez suicidarse. Por ahora el crimen atroz de 6 niños inocentes continúa impune y su esclarecimiento todavía lejano."
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