Hace unos años Herman A. Dierick y Ralph J. Greenspan, biólogos del Instituto de Neurociencias de San Diego (EE UU), consiguieron invertir este proceso y recuperar la “agresividad natural” de las moscas. El resultado puede verse en este vídeo, cuya protagonista defiende fieramente una taza llena de comida. Gracias a este experimento, Dierick y Greenspan pudieron estudiar los circuitos neuronales que se ponían en funcionamiento cuando los animales se comportaban de forma agresiva. Su trabajo se publicó en la revista Nature Genetics.
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