Investigadores de Taiwán inventaron un robot que puede hacer las veces de recepcionista, guía turístico, guardia de seguridad y asistente médico, la última oferta de una isla que busca hacerse un nombre en el mercado robótico global. El robot interactivo, de 60 kilos y llamado Monica, puede filmar y reconocer a la gente lo suficientemente bien como para admitir su entrada en un edificio de oficinas o enviar un mensaje de texto de emergencia a un guardia de seguridad humano. Costará unos 12.500 euros.
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