Si hay un lado bueno del escándalo que ha provocado el diccionario biográfico español (y de las JONS) es que ha puesto el foco sobre unas instituciones tan anticuadas como subvencionadas: las Reales Academias. Un lector me envía esta instantánea de un acto de ayer, en la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, presidido por el académico Marcelino Oreja Aguirre, Marqués de Oreja. Otra foto más:
www.racmyp.es/noticias/2011/2011-06-14 - Nota de prensa. Julio Segura.