En la India, el nacimiento de una niña con dos caras ha sido recibido por sus vecinos como una señal de la diosa Durga, a la que tradicionalmente los hindúes representan con tres ojos y varios brazos. Pero Lali no es la única niña nacida con dos rostros. La literatura médica recoge casos similares al suyo, aunque de menor gravedad, que la cirugía ha logrado reparar con un resultado estético aceptable. El testimonio más antiguo de un ser con dos caras se remonta al año 6.500 antes de Cristo
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