El consistorio barcelonés, movido por las quejas que ha recibido en los últimos años su Oficina por la No Discriminación (OND), ha llevado a cabo un experimento con nombres ficticios, árabes y autóctonos, para comprobar si realmente los operadores inmobiliarios y los propietarios discriminan a los primeros. Y el resultado es que sí. Si de media el 47,2% de los mensajes enviados recibieron respuesta, en el caso de los autóctonos fueron el 56,6%. En el de los árabes, el 37,8%. Una diferencia de 18,8 puntos porcentuales.
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