La animación es uno de los subsectores del audiovisual más ricos de España, pero es también el hermano menor y pobre. Abandonada por parte de las televisiones, es de las últimas en obtener subvenciones y vive una fuga de talento desde hace años. No hay duda de que hay compañías que despuntan en su actividad, pero la animación española está lejos de lo que podría ser.
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