En una parroquia del municipio de Oza dos Ríos, se celebra todos los domingos una misa tridentina, oficiada en latín con el sacerdote mirando al altar. La celebración sigue, paso por paso, el rito romano de San Pío V. Un rito fijado en 1570, y que obligaba, por ejemplo, a que los obispos viviesen en sus diócesis, ejerciendo la labor pastoral, y no se limitasen a ser meros beneficiarios de las rentas vinculadas a la mitra.
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