Casi no hay millonario que no quiera su propio submarino, no tanto porque tengan alma de Jacques Cousteau, sino porque allí abajo los paparazi no llegan. El empresario ruso Roman Abramovich ha pagado incluso 70 millones de euros por el más grande de estos `caprichos´: 10 habitaciones y una autonomía de 20 días bajo el mar. Los hay también más pequeños, desde 600.000 euros. Le mostramos los más buscados.
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