En el momento en el que la política se convierte en un juego de partidos, nada la diferencia del fútbol o cualquier otro deporte (salvo el peligro que conlleva hacerlo). Apoyar un partido político por fe convierte la política en religión, y en poco tiempo te verás apoyando una cruzada o una guerra santa. Nunca hay que perder el espíritu crítico... Edit: Visto en el Notame
meneame.net/notame/ComoLoco/101660