Camps llegó al Club de Tenis como siempre: sin levantar polvareda e intentando ser discreto. Acudió a una de las pistas más escondidas para pelotear un rato y, cuando se cansó, volvió al vestuario y se dio una buena ducha. Al regresar a su taquilla para vestirse de calle, el ex presidente observó con horror cómo alguien había puesto un taburete delante de sus enseres personales y, como guinda, un excremento humano.
|
etiquetas: mierda , camps , club de tenis , valencia