De repente, con 23 años y un bebé de tres meses, un día tocan al timbre, abres la puerta y notas como tu vida vuela en mil pedazos. Eso le sucedió a Victoria Azkúe cuando le comunicaron que ETA había cometido un atentado y su marido, el guardia civil Esteban Sáez Gómez, estaba herido. Viajó a toda velocidad desde Hernani, donde vivían, hasta la clínica de San Cosme en Tolosa donde le ingresaron hospital militar estaba ingresado. En ese trayecto no paraba de pensar en cuál podía ser el alcance de sus heridas.
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