Si el estilo de vida de los norteamericanos y los europeos -esas casas inmensas que tienen que ser climatizadas, carros que devoran galones de gasolina, dietas a base de proteína animal- no es negociable, ¿por qué tendríamos nosotros que negociar nuestro pasaporte a un futuro más próspero? Las estadísticas lo dicen todo: el diez por ciento de los habitantes más ricos de la India producen mucho menos dióxido de carbono que el diez ciento de los norteamericanos más pobres.
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