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Mi amigo del otro lado

Mi amigo J., de 35 años, no tiene ordenador y entra en internet una vez cada tantas semanas, si le pilla de paso alguna biblioteca pública. Cuando escribo en este blog un texto que le puede interesar, le llamo por teléfono para que lo lea. Una vez quise enviarle un e-mail importante, pero como suelen cerrarle su cuenta de correo electrónico por falta de uso, imprimí el mensaje, lo metí en un sobre, le puse un sello, escribí sus señas y lo eché al buzón. A ver, ¿cuántos habéis bajado a la calle a echar un e-mail al buzón?

| etiquetas: brecha digital , internet , email , analógico

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