No soy catalán, soy gallego y lo llevo con un orgullo razonable, tampoco vivo allí ni nunca deseé en sí misma la independencia de Catalunya, me habría gustado y me gustaría encontrar formas de compartir soberanía y cuando pude intenté ayudar a levantar puentes, pero hace tiempo que, si fuese catalán, no dudaría en coger puerta. Nadie que tenga un mínimo de dignidad desearía vivir en un país que te detesta de ese modo, vivir recibiendo odio es insoportable.
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