Tras una noche de insomnio, el autor de este blog encontró que no existía una razón de peso para justificar la pelusa que día a día aparecía en su piso. Finalmente consiguió demostrar dos principios: 1) La pelusa es de hecho una partícula elemental con spin exótico y un tamaño descomunal respecto a cualquier otra partícula. 2) Su capacidad intrínseca para apelotonar toda la materia a su alrededor da lugar a agujeros negros ligeros con un horizonte de sucesos donde el resto de la masa pasa a formar parte del conglomerado general de la pelusa.
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