Si descubro que el fármaco que fabrico tiene efectos secundarios peligrosos... no pasa nada: no lo digo. ¿Y cuando finalmente lo descubran? ¡Miento! Así de fácil. El New York Times descubre la trama, así que si quiebra en los próximos meses... ya sabéis quién ha sido. Es penoso que una farmacéutica que no para de hablar de ayudar a los pacientes se dedique en realidad a ganar dinero a costa de su salud. Y aquí en España les desgrava el hecho de que expliquen a los médicos lo que hacen sus fármacos: ¡Les desgrava mentir!!! Increíble.
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