Se reafirma la tesis de que la mujer asestó las puñaladas mortales al marido y luego se suicidó, aunque se desconoce por qué lo hizo. Respecto al perro, apareció muerto pero sin signos de violencia. La policía cree que lo mató ella. Sigue la incógnita del móvil del crimen. La policía considera rumorología del vecindario que el matrimonio atravesase una crisis de pareja, aunque no descarta una fuerte riña antes del crimen.
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