Hace sólo dos veranos, sólo un puñado de mujeres usaban trajes de baño largos y pañuelos (burkinis) en las playas del Mar Caspio Ruso. Este año, la opinión pública en la región, el lugar con el nivel más alto de ataques terroristas de toda Rusia, decidió poner fin al "pecador" despliegue de cuerpos femeninos. Las escasas apariciones de turistas con traje de baño moderno provoca repulsa y comentarios malhumorados en el idioma local. Una palabra siempre es clara: Haram "prohibido".
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