¿Puede existir algo más nocivo para la salud de nuestro planeta que un gran vehículo todoterreno? Si: tus mascotas. Por más extraño que pueda parecer, la huella de carbono originada por la fabricación y el uso de un coche -o incluso un gran todoterreno- es menor que la de un perro. Incluso un pequeño y adorable gato tiene una huella ecológica comparable a la de un Volkswagen Golf. Un perro mediano consume más recursos que un ciudadano medio de Vietnam o Etiopía. ¿Sorprendido? Sigue leyendo, y conoce los detalles.
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