Las quejas más comunes se refieren a que a las mujeres se les diga que deberían estar en otro lugar. Es frecuente escuchar «vete a la cocina», pero también abundan los comentarios lascivos y las proposiciones sexuales, el clásico «enséñanos las tetas» y silbidos de acoso. Muchas encuestadas también se han quejado de que se les dice que no van al campo por su afición, sino para llamar la atención de los hombres. Hay ocasiones, en las que los comentarios pasan a ser acoso físico. En general, hay un ambiente hostil para las aficionadas.
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