Hubo vómitos y abandonos de la sala durante las largas escenas de tortura en un sótano, despellejamientos incluidos. El director, Pascal Laugier, asume lo díficil de su propuesta, que junta el gore con cierta vertiente filosófica en torno al triunfo del mal. Una buena reseña también en
www.publico.es/culturas/162531/cine/carne/viva/duros/estomago