Marta Asensio entiende perfectamente el infierno que sufrió -y aún sufre- Gisèle Pelicot, la mujer francesa que fue drogada por su marido, Dominique Pelicot, durante una década y violada por decenas de hombres cuando estaba inconsciente. Ella también fue víctima de sumisión química por parte de su entonces pareja, aunque en su caso sí fue consciente de que su cuerpo había sido utilizado sin su consentimiento. “Había días en los que me despertaba con semen reseco entre las piernas o sin ropa interior”, recuerda, pero tampoco sabía.
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