En casi dos legislaturas de Gobierno de Rodríguez Zapatero, el Monarca alauí no ha avanzado en las asignaturas pendientes que heredó de su padre: la reivindicación de Ceuta y Melilla y el conflicto del Sahara Occidental. Ahora, con un Ejecutivo español en clara retirada e inmerso en la crisis económica más grave de las últimas décadas, el vecino marroquí trata de forzar un conflicto bilateral que le otorgue una posición de fuerza para retomar tan espinosas cuestiones.
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