La opresión contra los gays en Palestina no es una mera cuestión de política de Estado, sino que está firmemente asentada en su sociedad, donde el odio a los gays sobrepasa el odio a los judíos. El pasado mes de octubre, un palestino cuya pareja es israelí solicitó asilo al Tribunal Supremo de Israel alegando que su familia había amenazado con matarlo si no “se reformaba”. Es uno de los pocos afortunados palestinos capaces de enfrentarse a su desgracia. Relacionada y vía:
www.revolucionnaturalista.com/2009/03/maricas-por-palestina.html