Investigadoras de la Northwestern University y de la Hampton University de Estados Unidos han descubierto que los juegos emocionales de las madres con las hijas provocan en éstas depresión. Aquellas hijas que deben sufrir de sus madres cierto control psicológico – como actitudes que las hacen sentir culpables o de retirada del afecto, por ejemplo- presentan muchos más altos niveles de síntomas depresivos y niveles más bajos de autoeficacia. En el caso de los chicos, por el contrario, las manipulaciones maternas no condicionan su bien estar.
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