Uno de los musicales que más me impactó la primera vez que lo vi fue CABARET, una obra de arte a mi modo de ver. Todas las canciones son geniales, sin embargo hay una canción que me emocionó porque mezclaba la belleza, el terror, el miedo... La canción empieza con el joven nazi en solitario y al final se les une toda la gente en una apoteosis de histeria colectiva final que da miedo pero es una gozada de canción. Hay muchos símbolos en la escena pero la cara del viejillo, el frutero judio que no se levanta para cantar es el mejor.
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