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Maldita buena suerte

Maldita buena suerte

Durante un tiempo, alimentó a su mujer y sus hijos de los peces y crustáceos del Delta del Níger (Nigeria) y la vida casi amagó con ser sencilla. Su vida era una canoa de madera, madrugones diarios y, al atardecer, llevar a los niños a nadar a una poza que se formaba en un recoveco del río. En la otra orilla, a menudo veían monos, ciervos e incluso algún cocodrilo. Todo eso acabó por un golpe de suerte. A mediados del siglo XX, ingenieros británicos, holandeses y alemanes se adentraron en las zonas pantanosas del delta.

| etiquetas: áfrica , xavier aldekoa , nam monzo , níger , colonialismo

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