En el monasterio de Agatonos, en Ftiótida (Grecia) se pensaba que un sacerdote era un santo porque su cadáver, después de cinco años, estaba casi intacto. Los especialistas lo calificaron de santo «al 90%». Se decidió exponerlo al público y entonces comenzó un proceso de descomposición y ahora se pide su entierro por el hedor insoportable.
|
etiquetas: olor , muerte , santidad , religión , descomposición