No se puede tapar el sol con un dedo, como tampoco se pueden seguir haciendo equilibrios con las estadísticas para ocultar por más tiempo a los europeos una realidad que viven sufren en sus carnes: la política de anegar el Viejo Continente con poblaciones procedentes de lugares física y culturalmente remotos es un desastre en casi todos los sentidos imaginables.
|
etiquetas: macron , delincuencia , extranjeros , paris