La historia debió cautivar a Olona, que no dudó en pulsar el botón de ‘Seguir’ en Twitter. También lo hizo David, pese a que sus firmes convicciones políticas no tenían nada que ver, en principio, con las de la política. “Incluso la había llegado a insultar”, ha reconocido. Desde entonces, los dos intercambiaron ‘Me gustas’ inofensivos hasta que una fotografía de unas albóndigas desencadenó lo que hoy día están viviendo.
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