Hay unos 41 cadáveres en los últimos 800 metros que conducen a la cima del Everest. Casi todos en la cara norte, muchos en la misma ruta de escalada por la que pasan los alpinistas, que les han puesto nombres familiares. Uno de los más conocidos es "el saludador", a quien la muerte dejó un gesto de bienvenida. Otros cuerpos, como el de la japonesa Shiroko Ota, aún cuelgan de la cuerda que debió ayudarles en el descenso. Nadie los retira, salvo raras excepciones. Artículo antiguo pero que sigue siendo actual.
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