Arrancaron una ventana y se colaron en el almacén. Robaron dinero, televisores de plasma, reproductores de música y vídeo MP4, las PDA de los repartidores... Por llevarse, se llevaron hasta el móvil de la oficina, un terminal antiguo sin apenas valor. Los dueños del negocio pensaron que quizá se les había olvidado apagarlo, y decidieron probar. El teléfono estaba encendido. Pero nadie contestó a esa primera llamada. De pronto, el móvil desde el que las víctimas llamaron a los ladrones recibió un SMS: «Viva Rumanía. España mierda».
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