—Una magnífica desolación— dijo Aldrin mirando a su alrededor. El corazón aún galopaba por el alunizaje manual de Amstrong a última hora, pero sus pies ya estaban en contacto con aquel fascinante desierto gris. Mientras Neil sacaba fotos, se alejó del módulo lunar con torpes saltitos. Algo extraño y cómodo a la par, al contrario que el aplastante regreso a la gravedad terrestre que sintió en la Gemini XII. Comenzaron la actividad extravehicular con una surrealista euforia, canturreando y silbando sobre ...
|
etiquetas: hijastros , selena , luna , cuento