Boris Johnson no consiguió en su día ese acuerdo perfecto del Brexit que los británicos buscaban cual traje hecho a medida. Pero ahora podría estar muy cerca de lograrlo si anula, unilateralmente, las partes pactadas con la UE que no le acaban de convencer. Sus acciones podrían desencadenar una guerra comercial con el bloque, pero no parece que eso le achante. Es más, el 'premier' lo utiliza a la perfección como medida de presión para que Bruselas ceda ahora ante sus demandas.
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