Varios centenares de lombrices ayudan a familias canarias a gestionar sus residuos orgánicos al transformar las cáscaras de plátano y otros restos de comida en abono de alto valor nutritivo. La lombricultura, que empezó siendo un experimento en el que participaron 40 familias de Arona, en Tenerife, se ha convertido en una práctica habitual y adaptable a cualquier vivienda, según explica en una entrevista a Efe Eduardo Hernández, gerente de Inversa, empresa dedicada al compostaje.
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