Cuando los pacientes diabéticos llegan a necesitar una diálisis, la filtración artificial de la sangre se ve complicada por sus problemas vasculares y porque las excesivas punciones (tres horas, al menos tres veces a la semana) terminan dañando sus vasos sanguíneos y arterias. Justamente, tres pacientes con este problema se convirtieron en las primeras personas del mundo en recibir un trasplante de vasos sanguíneos artificiales, creados por un grupo de científicos de la compañía Cytograft, a partir de células de la piel de los propios afectados
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