Artículo sobre un tío peculiar, el pocero de Fuenlabrada, que se ha metido a promotor inmobiliario y vende pisos, buenos a precio de coste. Su familia le llama gilipollas y a él le parece indigno cobrar más... locos así quería yo a patadas... en vez de las patadas de los policias antidisturbios y las pelotas de goma que pudimos ver en la última concentración por la vivienda por las calles de Madrid
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