El funcionario de Policía no daba crédito a lo que estaba oyendo. «O me llevas a prisión, o te mato», le decía aquel individuo que, sorpresivamente, le había colocado una navaja al cuello, en un acto que, a priori, podía ser considerado incluso suicida. Surrealista o no, el hecho ocurrió a mediodía del pasado domingo, a las puertas de las Urgencias del Hospital Virgen del Rocío, donde dos jóvenes funcionarios de Policía esperaban a que los médicos acabaran de atender a un detenido.
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